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miércoles, 21 de enero de 2009

Aprendiendo a vender nuestros libros I

Pocas actividades en el campo de la creación han sido rodeadas a través de la historia con tan enigmáticas aureolas como la creación literaria. Desde el famoso concepto de que la inspiración llega cuando menos se espera, hasta que famosos escritores como Scott Fitzgerald, Hemingway o Truman Capote escribían borrachos, han campeado por doquier.

La realidad es que no se concibe la creación literaria sino después de un arduo y difícil trabajo. Que hay más de transpiración que de inspiración en la redacción de una novela, de un cuento, de un poema o de cualquier
historia, y que no existe mayor desafío para un escritor que el que debe afrontar al enfrentarse diariamente a la página en blanco. Eduardo Galeano dice que se toca la oreja diciéndose para sus adentros " a que no te
atrevés" y se imagina que va a escribirle a una hermosa y amada mujer y así se decide. García Márquez afirma que trabaja de 8 a.m. a 2 p.m. sin ser interrumpido, enfundado en un overol de mecánico, para expresar lo arduo de su trabajo y se da por satisfecho si logra redactar una cuartilla al cabo de esas 8 horas.

Tampoco es cierto que para escribir magnas obras se deba vivir en la miseria...o en la opulencia. El poeta José Hierro escribía sus versos en una bar de la avenida Barcelona y aseguraba con toda sinceridad que allí
encontraba más concentración que en su propia casa. ¿Dónde escribía? En cuadernos, a mano. Vargas Llosa, por su parte, utiliza el computador - no la añorada Remington de sus años mozos - pero esto no implica que haya
perdido calidad en su obra sino todo lo contrario, y viaja por el mundo sin perder sus apuntes ni dejar inconclusos sus trabajos. Todo lo lleva en modernos disketttes.

Lo importante entonces no es el lugar, ni la forma como Usted lo haga, así como tampoco si escribe en servilletas - dicen que J.K Rowling la ahora célebre autora de Harry Potter concibió su primer libro de esa saga en una
cafetería, escribiendo en un cuaderno a mano, mientras cuidaba que su niña no se despertara y empezara a llorar en el coche - o en impecables blocks de notas, o en un sofisticado notebook. La constante parece ser trabajo,
trabajo, trabajo. No se aflija si no le salió la frase como quería, o el verso con la música que aspiraba, continúe trabajando, que poco a poco se le va "soltando la mano", o para utilizar una frase muy recurrente en el juego
del béisbol " se le va calentando el brazo".

Una aclaración: Si Usted escribe poesía o narrativa, no debe tener más en cuenta que su honestidad al hacerlo y el saber que si pretende dirigirse a un lector consuetudinario de literatura y esta será su primera obra, van a
ser muy rígidos con Usted en los aspectos técnicos o formales, muy distinto que si pretende llegar a neolectores o analfabetas funcionales. Pero si Usted escribe una obra técnica o de sociales - digamos un texto para enseñar
matemáticas, o de ingeniería, o de derecho - entonces debe tener en cuenta varios aspectos, como son la metodología, el lenguaje y la forma en que pretende llegarle a esos lectores.

Ahora bien, si Usted es Editor y hace sus primeros pinitos, debe primero definir una línea editorial ( no publicar de todo, digamos, un libro de narrativa otro sobre hortalizas, uno más de poesía y otro del código penal, etc.)

Además, toda decisión editorial - o lo que es lo mismo, de publicar - debe estar precedida de una investigación: Quién ha publicado antes sobre ese tema, cómo lo publicó - formato, tipo de letra, etc -, qué canales de
comercialización utilizó y sobre todo, cómo le fue en los aspectos de difusión o comercialización.
Antes de publicar una obra - sobre todo técnica - recurra a conceptos de personas versadas en la materia y sométala a una corrección técnica y de estilo.

Algunos autores - sobre todo los literarios - se niegan a someterse a correcciones de estilo y esto es respetable, pero el hecho de aceptarlo o no, es responsabilidad del editor. Pero en el caso de las obras técnicas, sí es imprescindible la corrección técnica. Monumentales errores se han visto hasta en las mejores familias, y una vez el libro publicado, poco podrá Usted hacer si confundieron kilovatios con Kilómetros....

Para esta primera entrega, vamos desde ya a sugerirle una sentencia que pretendemos que Usted como escritor o Editor coloque como un aforismo encima de su mesa o sitio principal de trabajo: "NUNCA SE DEBE PUBLICAR UN LIBRO QUE NO SE SEPA COMO SE VA A VENDER O A DIFUNDIR."

Fuente: www.enplenitud.com

Un Saludo
C. Vera
Mis Historias y Poemas

1 comentario:

Javi V dijo...

Lo cierto es que no es tanto trabajo. E más cuestión de elecciones sencillas y es más parecido a un juego en el que uno puede pasar semanas reflexionando por problemas que son tonterias o hacer las cosas en un santiamen eligiendo sin pensar que quiere decir o estar meses sin completar una historia porque no se encuentra lo que realmente se quiere decir. Pero en el fondo no es tanto trabajo ni tan arduo y con algo de practica acaba siendo tan facil de empezar como caminar, aunque no se sepa como se va a acabar ni cuantos tropiezos se darán en el camino.

Desde luego escribir no es una cuestión de ser pobre o rico o que condiciones se encuentre uno cuando escribe pero influye en que se compone, no necesariamente en la calidad de lo que se compone aunque también puede hacerlo de manera secundaría.

Yo tampoco entiendo muy bien la decisión de no corregir un pùnto o una coma al publicar una obra. Y en cuanto a tener que decidir claramente la linea editorial hay detalles que pueden no estar tan claros como el hacer un texto tecnico o de entretenimiento y la separación entre obra para analfabetos o ilustrados no siempre puede darse, pues un escritor, en los tiempos que corren almenos, escribe con lo que hay en su interior y generalmente no para un publico culto o no culto (Lo que a menudo provoca que se den elementos para ambos tipos de publico). Y en cuestión de generos una novela puede ser tan bersatil que el enfoque exclusivista de un tipo de publico resulta una tarea sumamente complicada, si no imposible. De todas formas es cierto que hay que tener clara una linea editorial y cómo escritor una base a través de la cual empezar a definir la obra.