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viernes, 1 de febrero de 2019

Curso completo escribir una novela IX: La estructura




¿Cómo se crea la estructura de una novela?

Como siempre, no existe una única forma de llevar a cabo este proceso de la planificación, pero lo que yo recomiendo siempre es afrontarlo de manera parecida a como se escribe una escaleta o un tratamiento de un guion cinematográfico. La idea es que cada escena tenga, al menos, los siguientes elementos:

1. Título de la escena. 

Algo breve que puedas identificar de un vistazo para saber de qué escena se trata. Por ejemplo: «El empresario acude a la cita con el chantajista».

2. Momento en el que ocurre la escena. 

Aquí la información dependerá de cómo sea tu novela y cuánto tiempo transcurra en ella, pero para guiarte puedes incluir en una parte de la ficha el día y la hora exactos —si los sabes—, o simplemente una nota que diga «Día 3, noche». Estos datos te ayudarán a crear la línea temporal de la novela y a asegurarte de que cada escena esté en su sitio y, sobre todo, que un personaje no se encuentre en dos lugares a la vez.

3. Descripción. 

Dos o tres líneas como máximo, algo muy escueto, que describan qué ocurre en esta escena. Lo ideal aquí es que menciones el conflicto principal, el tema a tratar o la función que tiene dicha escena en la historia. Por ejemplo: «Enfrentamiento del empresario con el chantajista. El empresario se da cuenta de que no tiene escapatoria. Comienza a planear el asesinato».

Como ves, no hace falta que busques un estilo literario para crear la estructura. Es solo un documento técnico que desecharás en cuanto escribas tu primer borrador.

Si quieres, también puedes añadir otros elementos, como distintos colores según la trama a la que pertenezca la historia, los personajes que aparecen en ella, las localizaciones… Cualquier cosa que te ayude a comprender lo que tienes que escribir cada día cuando empieces con el manuscrito.

Cada escena, una ficha

Una forma práctica de organizar las información de la estructura es crear una ficha —con los elementos del punto anterior— para cada una de esas escenas. Para ello puedes recurrir a las típicas tarjetas índice rayadas, a post-its —tienen la ventaja de que puedes pegarlos en una pizarra o una pared y cambiarlos de orden fácilmente— o a aplicaciones como Story Planner, que cuenta con su propia herramienta para elaborar una estructura de este tipo y permite cambiar de orden las escenas según necesitemos.

Al final tendrás un montón de fichas o tarjetas con su título, su descripción y los datos adicionales que necesite, y podrás moverlas a tu antojo si en algún momento te das cuenta de que hay partes de la historia que necesitas atrasar o adelantar.

¿Por dónde empiezo?

Una vez hayas decidido el método que vas a seguir para tu estructura, lo mejor es que retomes los puntos clave que vimos en la entrada anterior y crea a partir de ellos las primeras fichas de escena y ordénalas en orden cronológico —o en el orden que seguirán en la historia—. Así te servirán como espina dorsal para crear el resto de la estructura.

Por ejemplo, tenemos la siguiente escena inicial o de apertura: «Título: El empresario en su vida ordinaria. Descripción: el empresario acude al trabajo, lo vemos en su vida cotidiana, con su secretaria y sus subalternos. Descubrimos que es un hombre mezquino y solitario».

A continuación, creamos la ficha para la escena que corresponde al detonante: «Título: El empresario recibe carta de chantajista. Descripción: el empresario abre su correo y descubre una nota del chantajista. Alguien ha descubierto su mayor secreto, todo su mundo se tambalea. Tiene miedo, pero reacciona con prepotencia».

Ahora, con estas dos fichas creadas, lo que queda es construir las escenas intermedias necesarias para llegar de ese punto inicial —la escena de apertura del empresario en su vida ordinaria— hasta el detonante. Y lo mismo para el resto de puntos clave de tu historia, hasta llegar al final o al epílogo, si lo hubiera.

¿Cómo elegir qué escenas incluyo en mi novela?

Esta es una cuestión importante que solemos hacernos antes de crear la estructura y la respuesta tiene su complejidad. Para comenzar, te recomiendo que le eches un vistazo a las entradas del blog “Estructura tu novela según la intensidad de las escenas” y «Cómo escribir escenas que enganchen a tus lectores».

Ambas analizan los distintos tipos de escena que existen según dos formas de clasificarlas, así como la forma de organizarlas dentro de la estructura. Creo que estas dos entradas pueden darte alguna pista para comenzar.

Además, no te olvides de la máxima en la que se insiste siempre a la hora de escribir: muestra, no cuentes. Es decir, siempre que puedas, elige las escenas en las que los personajes se encuentran en plena acción.

Si la novela trata sobre un empresario que es chantajeado por un oscuro secreto familiar, coloca al empresario en escenas interesantes, enséñale a lector cómo se comporta a través de sus actos, haz que vaya a sitios, que abra cajas, que rompa cosas. ¡Lo que sea! Pero procura siempre mostrar con imágenes a través de las palabras.

¿Cuántas escenas necesita mi novela?

Eso es tan difícil de responder como lo sería decirte cuántas palabras ha de tener tu manuscrito. Cada historia tiene su propio tiempo, su ritmo, su narración… Alguien puede escribir una obra muy extensa con muy pocas escenas —si cada escena se alarga durante páginas y páginas por necesidades de la historia—, y otra persona construir una novela corta con un gran número de escenas cortas y dinámicas.

Tú intenta que la estructura quede completa, que no haya huecos o vacíos por el medio y la historia avance de forma natural escena a escena. Por supuesto, tampoco metas escenas de relleno solo por conseguir más páginas después. Si te parece que al terminar la estructura la historia se queda corta, quizá sea hora de plantearse si una subtrama tendría cabida.

¿Cómo saber si he elegido bien las escenas?

Llega el momento para la prueba del algodón. Imagina que has creado tu estructura, tienes un montón de fichas bien ordenadas y organizadas que dan paso unas a otras de forma orgánica y buscan un equilibrio en cuanto a intensidad. Hasta aquí todo bien. Pero ¿seguro que están todas las que son y son todas las que están?

La mejor forma de saber si una escena hace falta o no en la novela es responder a tres preguntas bien sencillas:

1. ¿Qué aporta a la historia? ¿Cuál es la finalidad de esta escena? ¿Qué sentido para la obra en conjunto? 

Puede ser que la necesites para hacer avanzar un aspecto concreto de la trama o para mostrar la personalidad del personaje. No importa, pero ha de servir para algo. Si está por estar, sin ninguna otra función aparente, quizás deberías replanteártela.

2. ¿Qué me aporta a mí?

Piensa en la escena en pleno desarrollo, con los personajes en marcha, la acción sucede… ¿Qué sientes? ¿Te emociona? ¿Te divierte? ¿O, por el contrario, la encuentras un poco aburrida? Una escena que no consiga removerte por dentro, tampoco se lo removerá a lector. Además, ten en cuenta que vas a pasar semanas, puede que meses, escribiendo esta novela. En ocasiones se volverá una tarea tediosa y resultará mucho más fácil si cada escena te aporta algo.

3. ¿Hay alguna manera de que esta escena sea aún mejor?

Esta última pregunta has de hacértela, sobre todo, si alguna de las dos anteriores se ha quedado un poco en el aire. Quizás la escena te emociona por algún aspecto personal, pero te das cuenta de que, en realidad, no aporta nada a la historia. Piensa qué elementos o acciones podrías añadir para darle cabida dentro de la trama. ¿Quién sabe? A lo mejor te encuentras sorpresas inesperadas que te ayudan a mejorar la novela.

También puede darse el caso contrario. Que la escena sea necesaria y tenga que estar sí o sí —por ejemplo, el momento en el que el personaje hace un descubrimiento que el lector ha de conocer—, pero no te diga nada. Si te deja frío/a o te parece aburrida porque solo tiene ese elemento importante, significa que hay que trabajarla un poco. Dale una vuelta, a ver si encuentras alguna forma de darle mayor profundidad o intenta fusionarla con otra escena que sí te guste y en la que creas que tiene cabida.

Fuente: https://www.literautas.com/es/blog/post-14920/como-escribir-una-novela-9-la-estructura/

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