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viernes, 25 de enero de 2019

Curso completo: escribir una novela IV: La primera sinopsis




Paso 1 – La situación anterior

Para comenzar, puedes presentar al protagonista en su vida ordinaria, antes de que comience la historia en sí. No es necesario que te extiendas demasiado. Una o dos frases serán suficientes.

A modo de ejemplo, tomemos el clásico de Lewis Carrol, Alicia en el país de las maravillas, donde tendríamos como situación inicial: Alicia es una niña soñadora y despistada que se encuentra estudiando con su hermana a la orilla del río, pero no logra concentrarse, así que se queda dormida.

Paso 2 – El detonante

A continuación quiero que reflexiones en el acontecimiento que pondrá en marcha la historia. ¿Qué es lo que hace cambiar la situación original del personaje? En ocasiones, es posible que tu novela comience aquí, o incluso después de este acontencimiento —por ejemplo, si el detonante es la muerte de un familiar que hace que el protagonista tenga que viajar al lugar donde pasó su infancia, la novela podría comenzar con la llegada del protagonista a dicho lugar—, pero también es importante conocerlo y tener claro cómo y cuándo sucede.

En el ejemplo de Alicia, el detonante es un conejo parlanchín que la despierta al pasar corriendo junto a ella y gritando: «¡Llego tarde! ¡Llego tarde!». Alicia, sorprendida, se lanza a perseguir al conejo y acaba cayendo por un agujero en el suelo que la conduce a un extraño lugar.

Paso 3 – El objetivo

Este punto lo tendrás ya seguramente definido gracias al desarrollo de los personajes principales, pero no está de más recuperarlo y reflexionar. Piensa en cómo reacciona el personaje ante el detonante y el nuevo objetivo que se presenta ante él. ¿Se lanzará de lleno a la aventura? ¿Sentirá reticencias y preferirá continuar con su vida? ¿Qué le lleva a avanzar en la historia? Piensa bien en este apartado porque aquí es donde se forja todo el conflicto que luego tendrás que desarrollar.

Alicia, tras caerse por la madriguera del conejo, se da cuenta de que ha llegado a un país diferente —el País de las Maravillas—, y su objetivo será buscar el camino de regreso, al mismo tiempo que intenta averiguar qué es ese extraño lugar.

Paso 4 – El desarrollo

Una vez la situación inicial ha cambiado, se pone en marcha el conflicto y comienza el segundo acto de la novela: el desarrollo, donde el protagonista se lanza en pos de su objetivo y comienzan los obstáculos. De nuevo de forma breve, expón estos obstáculos y explica quién los creará.

Retomando el ejemplo de Alicia, mientras la niña intenta salir del País de las Maravillas, va encontrándose todo tipo de extrañas y locas criaturas que, en lugar de ayudarla a encontrar el camino de regreso, la confunden todavía más.

Paso 5 – El clímax

El punto álgido de la novela también debería aparecer en esta primera sinopsis. No te preocupes, puede que en el futuro lo cambies si descubres algo que encaja mejor con la historia, pero conviene que comiences a pensar en ello ya, para empezar a darle forma.

El clímax es el momento en el que el protagonista se enfrenta al mayor de todos los obstáculos, el que decide de forma definitiva si consigue su objetivo o no. Como en el caso de Alicia, cuando la reina quiere condenarla muerte.

Paso 6: El desenlace

Para terminar, piensa cómo quieres que termine tu novela. Para ello, recuerda el arco de personaje y su evolución, tal y como vimos en la construcción del personaje protagonista. Esto te ayudará a decidir si quieres un final positivo, negativo o neutro.

En el caso de Alicia, cuando la reina manda a los naipes lanzarse a por ella, la niña se despierta acompañada de su hermana y descubrimos que todo había sido un sueño.

De todas formas, te recomiendo un pequeño truco: si no quieres que tu novela resulte previsible, especialmente si estás escribiendo una historia de misterio o policíaca, puedes crear finales alternativos. En lugar de pensar en un único final para la historia, planifica dos o tres finales distintos que te parezcan verosímiles en igual medida, y tenlos todos presentes mientras escribes la novela. ¿Por qué hacer esto? Para que la historia no resulte previsible y —¿por qué no?— para que tú también te sorprendas y no pierdas el interés mientras escribes. Deja que sea la propia novela la que te vaya guiando hacia uno de estos finales posibles y así mantendrás viva tu propia curiosidad y, por extensión, la del lector.

Fuente: https://www.literautas.com/es/blog/post-14554/como-escribir-una-novela-4-la-primera-sinopsis/

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