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martes, 1 de enero de 2019

Elegir el escenario para nuestro relato o novela




La elección

Como ya apuntábamos, tenéis que plantearos qué importancia tiene el escenario en la trama: ¿podría ocurrir en cualquier lugar? ¿Solo en un país? ¿Solo en pueblos pequeños?

Pensad que la ambientación es fundamental. El escenario ayuda a reflejar los estados anímicos de los personajes (por ejemplo, una historia triste en el norte de España, en un pueblo donde llueva mucho), aunque también podéis contrastar el escenario y los personajes.

Prueba a contraponer un personaje muy triste en medio de la feria de su pueblo, donde es todo color, luces y calor. En un ambiente festivo se palpa con más claridad la soledad y la tristeza de ese personaje.

La ambientación también sirve para crear tensión, miedo, suspense… Si leéis cualquier relato de Edgar Allan Poe, veréis que hace un descripción minuciosa de los castillos góticos donde tienen lugar sus historias. En un ambiente tan lúgubre es normal que te acongojes si un cuervo te habla.



Ciudades reales

Si vas a inspirarte en una ciudad real, ten claro por qué esa ciudad y no otra. Lo más simple es situarla en la tuya, ya que la conoces al dedillo. ¿Pero encaja la historia allí? No busques las cosas fáciles, o pienses: “Es que Madrid tiene calles muy bonitas”. ¿Realmente es el mejor lugar para el relato?

Algo así ocurre con Nueva York. Es una ciudad tan utilizada que si la escoges debes tener claro que es el mejor lugar. Quizá otra ciudad de Estados Unidos (si quieres que ocurra allí) te irá mejor. No te guíes simplemente porque la ciudad te gusta o vives allí.

Bueno, ya hemos escogido ciudad: Boston. Pero hay un pequeño problema: nunca has estado allí. Esto fue lo que me ocurrió con mi novela del TFM. Necesitaba que ocurriera en esa ciudad, pero no la he visitado. Como comprar billetes de avión y viajar hasta allí no entraba en mi presupuesto, tuve que tirar de internet.

Lo que más me sirvió fueron las guías de la ciudad, fotos de los edificios y sobre todo Google Street View. Así pude recorrer la ciudad y tratar de reproducir el ambiente. La parte positiva es que al ser una novela de ciencia ficción tenía cierto margen.

También necesité conocer en una escena concreta qué vistas hay desde una habitación del Massachussetts General Hospital. Me las vi y me las deseé para lograr descubrirlo. Al ser dentro del recinto no podía usar Street View. Por suerte, navegando en el sitio web del hospital pude ver tanto el interior de las habitaciones como el recinto.



Otras fuentes primarias

También puedes utilizar otros libros que describan la ciudad, películas que ocurran allí… Cuantas más sensaciones te puedan transmitir y tú, a su vez, reproducir, mejor.

En otras ocasiones es más sencillo. Si es una ciudad en la que has estado o en la que vives, ya sabes el ambiente que hay, los ruidos, los colores, sus gentes…

En caso de querer documentarte para tu novela con una ciudad que sí tienes a tu alcance, visítala con la mirada de un escritor. Llévate tu libreta, tu móvil, ELDE Pluma… y anota todo lo que creas necesario. Toma fotos y fíjate en detalles que le darán verosimilitud a tu novela: ¿qué se oye? ¿Qué gente hay por esa zona? ¿Cómo van vestidos?



Ciudades inventadas

En ocasiones necesitarás crear un pueblo, un país, un planeta, etc. que no existe en realidad porque debe tener unas características concretas (o porque escribes fantasía). Entonces, la elección del nombre será muy importante para la verosimilitud.

En la antología de La isla del escritor uno de los relatos ocurría en un pueblo inventado de Galicia. El problema fue que el nombre (Teja) se parecía mucho a uno que sí existe (Tella) y no encajaba con las características que requería el relato (que fuese costero). Así que un compañero gallego le recomendó buscar otro nombre que no se pudiera relacionar con un pueblo real, pero que sí sonase a los de la zona.

Para otros relatos simplemente puedes obviar el nombre de la ciudad, como magistralmente hizo Cervantes. No es necesario ponerle un nombre, siempre y cuando se ambiente correctamente y el lector pueda imaginarse allí.

Las ventajas de inventarte una ciudad es que te da la libertad para que haya una noria en el puerto, al lado de un astillero, en la Costa del Sol. Sin embargo, si sitúas el relato en una ciudad que exista y que sea conocida no hace falta recrearte en las descripciones porque cualquier lector tiene en mente cómo es.

Asímismo, que ocurra en cierta ciudad atraerá a un tipo de público. Por ejemplo, La catedral del mar de Ildefonso Falcones tiene el atractivo de que se puede visitar y sentirse parte de la historia. No obstante, a Ken Follet no le hizo falta situar Los pilares de la Tierra en una ciudad real y utilizó Kingsbridge (a pesar de que ya existe una) como representación de pueblo inglés de mercado.



La descripción del escenario

Una vez has elegido el lugar y te has documentado, toca aplicarlo al relato. La descripción de la escenografía le dará credibilidad a la historia. Narra aspectos característicos del paisaje: si hay cerca montañas, ríos, tipos de árboles de la zona… Conoce su clima, vegetación y orografía.

Describe usando los máximos sentidos posibles. Normalmente nos centramos en la vista, pero involucra también el tacto (la textura de la fachada de un edificio), el oído (los sonidos de la vida diaria), el olfato (el olor a comida de las tiendas de alrededor) y el gusto (el regusto a sal de la brisa marina).

Eso sí, introduce solo las descripciones que sean necesarias y relevantes para la trama y el desarrollo de los personajes. También recuerda relacionar el escenario con el estado anímico de los personajes.

Si la descripción de las vistas desde la habitación del Massachussetts General Hospital se alargase durante páginas y páginas y no tuviese relación con la trama, el lector pasaría por encima, en diagonal.

No concentres las descripciones al principio de la novela, vomites toda la información y luego ya no lo vuelvas a mencionar. El data dumping (vaciado de datos) es uno de los elementos más comunes que hace que un lector abandone tu libro.

Dosifica las descripciones a lo largo de la novela y entremézclala con la trama en momentos en los que sea relevante. A veces con una sola frase bien situada es más que suficiente. Trata de dar pinceladas y no uses párrafos descriptivos extensos a menos que la historia lo requiera.

Fuente: https://blog.literup.com/elegir-escenario-novela/

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